Que raros esos
momentos
en que el corazón
te pide
y los nervios te
frenan.
A no llorisquear,
otra vez quizá, en
los papeles, se dará,
pero aun así ello
nos da cuentas
de que es
verdaderamente real,
que por fin
resurgiremos de las cenizas,
y juntaremos los
propios pedacitos
que faltaban en
nuestro vidrio interior.
Que ahora si vamos
a pisar el pasado
y a sobrevivir el
porvenir,
con pansadas de alegría y
sin muchos lujos
ni artefactos,
con tan solo escuchándola
reír
o viéndola ir y
venir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario