2012


sábado, 6 de abril de 2013

Las calles vacías de una ciudad que nunca fue mia


Que raros esos momentos
en que el corazón te pide
y los nervios te frenan.

A no llorisquear,
otra vez quizá, en los papeles, se dará,
pero aun así ello nos da cuentas
de que es verdaderamente real,
que por fin resurgiremos de las cenizas,
y juntaremos los propios pedacitos
que faltaban en nuestro vidrio interior.

Que ahora si vamos a pisar el pasado
y a sobrevivir el porvenir,
con pansadas de alegría y
sin muchos lujos ni artefactos,
con tan solo escuchándola reír
o viéndola ir y venir…

No hay comentarios:

Publicar un comentario