Dios es un incompetente, te robé la frase y te robé el alma.
Hace tanto que vengo barajando la idea de aparecerme por Corrientes
al mil doscientos para ver el programa de Dolina, que no puede ser que te haya
cruzado justo ahí. Que ciudad más puta.
Cuando por fin salgo del encierro, la disidencia social y el
mundo de fantasía que me idee escribiendo párrafo tras párrafo, me desayuno a
las ocho de la noche con tu presencia que acapara todas las presencias.
Tu musculosita gris, que le muestra al mundo la espalda más
hermosa, dio cuenta del accidente. ¿Qué hago? ¿Actuó como si nunca hubiera leído
tus poesías? Imposible, en el fútbol un
desgarro son tres semanas, en el pecho las heridas duran más.
¿Qué se hace después de escribir ésto?
ResponderEliminarPedirle que vuelva y nos perdone, sabiendo que somos de los infelices que nunca podemos dormir de noche y en consecuencia...actuamos y decimos...
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